Me refiero exactamente a esas historias en las que todo -o alguna parte de ellas-, incluyendo el inicio, tiene que ver con un pueblito que hasta que hablaron de él nadie excepto los que viven ahí lo conocía. Algunos piensan que las bases de cualquier libro juvenil actual incluye este tema. Narrado en primera persona. Desde la chica nueva en el lugar, que vive únicamente con uno de sus padres o ambos murieron antes de eso, que conoce a un chico que le quita la respiración; como un golpe en el estomago, que su vida corra peligro y al final la historia no pare ahí, porque hay continuación y es trilogía, saga, o serie, como quieran llamarle.
Pero no desesperen, hay muy buenas historias que aunque siguen ese patrón, que la verdad no me deja de parecer curioso, logran sobresalir. Y si saben buscar bien, si no desesperan en el intento, les garantizo se van a encontrar con alguna. Algunos incluso pensaban en darle un subgénero a las historias que corren en esta línea.
La historia, para no hacer una investigación a fondo que no es el centro de esta nota, comenzó con algunos fenómenos literarios de los últimos tiempos. Conformes o no hay que aceptar lo que son en ese tecnicismo. Véase que aquí también agrego a Harry Potter porque uno de los pasos se adapta a su historia. Protagonista sin padres. Pero para hablar del pueblito veamos Crepúsculo, el ya tan mencionado, cuando Bella llega a Forks, ya no me acuerdo exactamente por qué, puede que el motivo no fuera muy serio pero la verdad siempre es bueno pasar tiempo con los padres.
Ente los compañeros que comparten este detalle, podemos encontrar a Bianca, de Medianoche, que llega a dicha escuela en un pueblito bien oculto, manía de los internados que tienen que estar en el fondo del barranco, porque sus papá serán profesores y, tengo que decirlo, la escuela no es humanamente normal. Invitemos ahora a Rose, la protagonista de Vampire Academy, igualmente recluida en un internado que no acepta humanos, sólo vampiros, que también está oculto -no sé cómo harán para ocultar escuelas enteras y posiblemente ese sea el motivo por el cual sean lejanas-, en el que tiene que aprender a ser una buena guardiana, agreguen un punto más a algún patrón: Protagonista destinado a ser algo, aunque no siempre haya sido planeado.
Respiren, que todavía nos queda un buen trecho. Miremos más recientemente a la explosiva Jacinda, de Firelight, que escapa de una aldea de Drakis (aquellos que se convierte en dragones) para protegerse y al mismo tiempo adquirir algo de normalidad. Fijémonos también en cómo este nuevo lugar -aunque en esta los cambios vayan a la inversa- se encarga de matar poco a poco lo que es, y es que aunque algunas protagonistas sean imanes para las criaturas sexys y peligrosas envueltas en amores imposibles, otras desean ser como todo el mundo, porque son ellas las criaturas peligrosas que nosotros en nuestra mortalidad no podemos conocer sino por estas historias.
Hablando de eso, me refiero a los personajes con normalidad en el cuerpo, normalidad humana quiero decir, no nos olvidemos de Heaven Moore, chica que conocimos en Eternos y ha pasado toda su vida en el depresivo Snope City junto con una madre de poca autoridad y una abuela tremendamente religiosa. Dije "con normalidad en el cuerpo" porque lo que pasa con ella no puede considerarse específicamente como imposible. Sí, llámenme supersticioso. Recuerden que ella tiene algunos recuerdos de sus vidas pasadas, y algo hay en ello que la lleva a un misterio que resulta peligroso por causa de otros en su misma condición. Llamémosle una comunidad en conflictos de intereses.
Eso por poner unos pocos ejemplos.
¿Qué pasa por la mente de estas chicas? ¿Cómo aunque es totalmente imposible que se conozcan entre sí tienen vidas de patrón que las colocan, además de sus características únicas y especiales, en un mismo grupo?
Por experiencia me permitiré decir que, he visto, el crear una historia completa puede ser complicado, y los que escriben leen antes, ahora y después. Muchos dirán que el hecho de haberse basado en el clásico "me gustaría que mi protagonista tuviera algo de esto" puede ser el colmo de la poca originalidad, y ya se sienten envueltos en el estilo de las telenovelas, porque todas terminan de un par de formas. Pero aceptemos que cuando algo crea revuelo, y llama la atención, las similitudes no se hacen esperar, y normalmente tampoco se rechazan.
Acepto, sí, que las personas encargadas de la pluma en estos casos tuvieron su buen momento con la información interesante en internet sobre sus "criaturas" o “anormales”, como muchos especialmente crueles se empeñan en llamar a estos personajes, hombres o mujeres, pero muchos ya comenzamos a dudar antes de abrir algunos libros por temor a encontrarnos con más de lo mismo. Aunque si por cualquier motivo, el ego tal vez, se empeñan en echarle toda la culpa de sus disgustos al creador, me veré en la necesidad de decirles: para algo existen las sinopsis, y las opiniones y las críticas, señores, sólo hay que saber escuchar los apetitos.
¿Es tiempo entonces de cambiar? Porque aunque las voces sean fieles los pensamientos, por pequeños que sean, comienzan a aparecer y nos sería tremendamente triste tener que cambiar de rumbos por cosas que en realidad tienen tan poca importancia. Digo, después de todo, historias hay muchas.
Quiero que me cuenten ya, abajo en comentarios, su opinión y las historias que han probado con este tema, porque yo sólo hablo de lo que he leído.
¡Hasta la próxima!