domingo, 31 de octubre de 2010

Relato: No Other - Erickold

Llegó halloween y yo no podía quedarme tan atrás, ya que este año no me tocó disfraz, vengo tranquilo a dejarles uno de mis relatos, que más bien parecen siempre primero capítulos. Siempre que pienso en una idea digan de estas fechas termino haciendo otra cosa, así que lo dejo leer tranquilamente. Esperando su comentario y deseándoles un Halloween monstruoso. Además de que ya viene día de muertos.

“Ahora la palabra inmortal tiene que ver con colmillos y beber sangre. En ocasiones pienso que es una idea más tranquila, si fuese realidad. No como sentir que eres el primero y desconocer las respuestas.”

Original Motion - no Other


deposition

Alguna vez escuché que cuando eres grande sabes demasiado. Lo único que yo sé es que antes de tener memoria lo sabes todo. Estoy seguro de que en este preciso momento estás pensando que estoy loco, pero permíteme explicarte un poco.

No ocurre por algún tipo de elección especial, sino por nada. Es como cuando algún niño nace con una enfermedad que no lo hace “totalmente normal”. Sí, puede decirse que es una enfermedad, si lo prefieres.

Con la única e imposible diferencia de que en realidad nacemos más de una vez.

Tuvimos una vida antes, llena de recuerdos, sonrisas, lágrimas, amor y todo. Esa es la diferencia. Todo tiene que morir y lo hacemos, pero luego de un tiempo volvemos a nacer. Simple y complicado al mismo tiempo.

Recuerdo que alguna vez leí algo con una relación mínima. Tal vez lo escuché: una persona recordaba haber escuchado una voz, como un sueño, pero demasiado antiguo; en el que le preguntaban que quería ser en esta vida ¿hombre o mujer? Él respondía que Hombre y un momento después tenía cuatro años, volviendo a tener memoria. Como si no la hubiera tenido antes.

Y supongo que tiene razón. No puedo recordar nada como eso pero el simple hecho de saber que tuve toda una vida antes de volver a nacer me resulta imposible. Las personas pueden pensar que estás loco, pero hay algo que te hace saber que no, que te encuentras cuerdo y piensas que algo malo debió haber ocurrido para tener que vivir eso cuando recuerdas haber recibido un disparo en la cabeza hace dieciocho años, un año antes de mi segundo nacimiento.

Recuerdo la fecha exacta de mi muerte. 12 de agosto de 1992. Tenía una esposa, dos hijos y un gato. Me mataron por todo lo que llevaba en los bolsillos. Nací el 4 de septiembre de 1993, como lo dice mi certificado de nacimiento. Ahora tengo diecisiete por segunda vez, antes tenía cincuenta y siete.

La primera vez que Elena sospechó algo de esto fue porque se lo dije a los seis años.

Llegamos de un centro comercial, colocamos las bolsas llenas sobre la mesa.

―¿Puedo hacerte una pregunta, Elena? ―mentalmente no dejaba de parecerle extraño y doliente el que nunca la llamara Madre o Mamá.

Ella asintió en medio de una sonrisa maternal. Me mordí los suaves labios.

―¿Qué pasa ahora cuando mueres? ―Esperaba que su respuesta fuera un tanto diferente de la que se acostumbraba en mis tiempos.

Frunció el ceño en una mueca de interrogación extrañada.

―¿Por qué me pregunta eso? ―quiso saber sin responderme, aunque con el hecho de no haberme respondido lo hacía automáticamente.

Sacudí la cabeza.

―Antes de que muriera en 1992 se acostumbraba que las personas permanecían muertas.

Convertir mi respuesta en esa frase tan extraña la dejó inmóvil. Mirándome de frente como si en realidad pudiera responderme la cuestión.

Nos quedamos así por un par de minutos. Luego me dijo:

―¿Es lo que te enseñan en la escuela, Neith?

―No.

―Entonces ¿por qué me lo preguntas?

Sentí que la tensión deseaba apoderarse del ambiente en poco tiempo. Un adulto sabe eso.

―Yo… no sé, Elena. No me gusta decir mentiras ―solté una expresión demasiado adulta indicando que pensar en ello me llenaba de frustración―. Sólo quiero una respuesta de porqué volví a nacer, yo… estoy confundido. Perdóname por favor.

Sus ojos tranquilamente sorprendidos me hicieron temer, como teme un niño a un adulto malo. Puedo sentir como un niño pero saber lo que un adulto sabe.

―¿Volver a nacer, Neith? ¿De qué estás hablando? ―por un momento sus ojos me indicaron que pensaba que ese niño frente a ella no era su hijo.

―Lo siento, Elena. No debí haberlo dicho.

―No, dímelo, Neith. ¿Quién te ha enseñado eso?

La tensión llegó. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Era un niño con miedo. Miedo de ella, a quien tanto conocía.

―Elena, no por favor. Ahora sé que no lo sabes, no lo pienses más, soy un niño solamente. No tengo…

Ella lloró también, una rápida lágrima cayó de sus ojos inundados recorriendo su mejilla en un segundo, silenciosa, casi invisible.

Había muerto en 1992, así es como debí haberme quedado. Nadie tiene la respuesta.

―Tú sabes… ¿Por qué estás diciéndome esto?

Le temblaba la barbilla. A mí también.

Las palabras escaparon de mi boca, las palabras de un adulto conocido saliendo de la boca de un niño inocente que no debía ser yo.

―Soy Allen, Elena. Fui tu padre.

Un segundo después estaba cayéndome al suelo.


viernes, 22 de octubre de 2010

Nunca olvides que te quiero - Delphine Bertholon - Reseña

Adentrarnos en la historia de un secuestro podría parecer algo fuerte. Y lo es.

Pero tenemos a un personaje memorable para ayudarnos en el camino, Madison.

Antes llevaba una vida completamente normal para una niña de su edad, sus padres la querían, tenía amigos. Una tarde, mientras regresaba de la escuela, un hombre le pidió ayuda para llegar hasta un veterinario. Se dejó llevar por su amor a los gatos y decidió acompañarlo hasta allí. No regresó a casa esa noche.

Desde entonces ha permanecido encerrada en una habitación cómodamente instalada con su guardián secuestrador. Sin embargo, lo que ese hombre, al que llama R. quería no es pedir un rescate por ella, sino tenerla junto a él.

Lo que una persona en su situación debe hacer es pasar por cada una de las etapas por las que ella pasa: depresión, enojo, costumbre, planeación y revelación. Todo esto en un lapso de tiempo bastante grande.

La historia está contada en diferentes puntos por tres diferentes narradores. Madison, su madre y Stanislas, su maestro/enamorado de tenis, mayor que ella.

Mientras uno se centra en escribir cartas que también sacan a relucir las etapas después del secuestro de uno de sus seres queridos, otro se centra en el misterio del desarrollo de un amor completo. Pero lo que hace nuestra mejor narradora es lograr ponernos en su piel a través de los escritos en sus diarios.

Las autoridades piensan que al no haber encontrado a Madison después de todo ese tiempo que se convierte en años, debe estar muerta y dan por hecho que la familia debe aceptar la idea. El matrimonio de sus padres comienza a destruirse hasta que ocurre un suceso inesperado que no tiene que ver con encontrarla.

Madison es una chica con carácter que pasa el comienzo de su adolescencia de una forma inusual, aun encerrada. Su secuestrador parece una persona simpática, de esas que podemos encontrarnos en la calle y saludar, pero uno de sus más grandes secretos es mantenerla cautiva.

La autora logra una contarnos una historia que traspasa la tinta para mantenernos al lado de cada uno de los tres narradores. La división de personajes es completamente inmejorable.

Los tres narradores que conocemos son únicos y poderosos. Logrando hacer que sientas que has pasado todo el tiempo recorrido con ellos.

Los antecedentes construidos a lo largo del libro logran un Gran final.

Madison saca a relucir lo grande que puede llegar a ser un corazón y el Buen equipo que puede hacer éste con un cerebro tremendo.

La chica la que muchas cosas hacen que se le hunda la moral hasta el fondo de las converse se queda como el personaje del año en mi lista con una calificación perfecta y respetada.

Si lo que deseas es comenzar un libro que tendrá un verdadera buena calificación que por un momento se aleja de los temas que normalmente tomamos éste es la elección perfecta.

Un saludo a tod@s, no leemos en la próxima.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Going Bovine - Libba Bray


Sinopsis:

¿Podrá Cameron encontrar lo que está buscando?

Con 16 años de edad, lo que Cameron quiere es conseguir pasar de la escuela secundaria y de la vida en general con un mínimo de esfuerzo. No es mucho pedir. Eso antes de que reciba unas malas notica: está enfermo y va a morir. Lo que es totalmente una mierda. La esperanza llega en forma de alas con Dulce, un ángel punk descabellado/alucinación posible con un mal hábito de azúcar. Ella le dice a Cameron que existe una cura, si está dispuesto a ir a buscarla. Con la ayuda de un obsesionado con la muerte, enanos de vídeo juegos y un gnomo de jardin. Se embarca en la madre de todos los viajes por carretera a través de un trenzado de América en el corazón de lo que más importa.

Así comienza la historia:

Capítulo uno

En el que me presento

El mejor día de mi vida ocurrió cuando tenía cinco años y casi muero en Disney World.

Ahora tengo dieciséis años, así que te puedes imaginar que la vida me ha quitado momentos importantes.

Debido a la portada se podría pensar que la cosa va de una vaca con aventuras, pero no, señores. Lo que implanta ese detalle es que, me parece, la enfermedad que tiene el protagonista es: enfermedad de las vacas locas (encefalopatía espongiforme bovina) ¿verdad que ahora toma más sentido?

Una mejor forma de convencerse es viendo el siguiente video. Que uno podría pensar que no hay cosa mejor para correr por él.



Un gusto saludarnos, no leemos en la próxima