Querido Santa:Primero, evitemos hablar de cómo me porté este año. Tengo tanto que decir sobre eso que mejor lo evito, a menos que quieras leer un largo papeleo oficial, claro. Quedo orgulloso de que se puede resumir como un
3.7/5 ;DHablemos claro. Sé que te caracterizas por no ser muy generoso cada año, a lo que conmigo se refiere. Mamá dice siempre:
Santa no tiene favoritos, ni aquí ni en china. Pero he visto a niños malos recibir mejores regalos, así que para no agregar una denuncia de derechos humanos más a tu lista, porque odio el papeleo, acepto tu regalo siempre y cuando sea alguno de los que se especifiquen en esta carta.
Confío en ti, a menos que tu ética haya cambiado el último año y como los señores mensajeros que traen las cosas a casa digas que mi dirección no aparece en el mapa o tu línea no cubra esta zona, a pesar de estar a 10 minutos de la oficina más cercana.
Debo decir que llegar a vacaciones es, como no lo había sido nunca, una oportunidad que se presenta para escapar de donde se me ocurrió meterme. Descuida, no te voy a pedir ningún auto, que prefiero pedir sonrisas a cosas enormes que sé no me traerás. Libros, dicen, la mejor forma de viajar lejos. Sin decir que si ya me hubiera puesto al volante ahora mismo estaría con el cerebro muerto por todos los fantasmas de mascotas que vendrían a torturarme para decir, usando un tono ondulante:
Tú me mataste... de lo cruel del mundo cruel tú eres el peor.
Bien, comencemos con la lista. Si no llega a ti a tiempo puedes culpar a los mismos señores mencionados anteriormente por evadir su trabajo, aunque estando donde estás creo que lo comprendería. Supongo que tu bandeja de mensajes estará llena.
1.- Dicen por ahí que de los buenos rumores no puede dudarse. Por eso, esta segunda parte no podía dejar de ser la primera en mi lista. Se hace llamar
El temor de un hombre sabio, la continuación del
Asesino de reyes,
El nombre del viento, que allá en su grueso momento me encantó, por todo el daño y experiencias, porque es un juego de narraciones genial, y esos rumores cuentan que este es mínimo tan bueno como el primero. Ya te digo, no me lo puedo perder.
2.- Este, señor de la barba clara, se trata de otra continuación, aunque esta vez una tercera y última parte. Estoy segurísimo que ya has oído hablar de la trilogía
The maze runner, pues este título, Señor, es
The death cure. Lo agrego aquí porque igual puedes dejarme un cupón, o equivalente, para cuando llegue en español, dicen por ahí de Marzo. Ya me siento endemoniadamente Crank por leerlo. Mátenme, Mátenme, Mátenme.
3.- Para posibilidades cercanas y poco complicadas, agrego a mi lista algo que de único lo tiene todo, porque no continúa con nada. Y aunque la portada no sean tan bonita, ni de lejos, como lo es en su idioma original, lo quiero desde que me enteré nos llegaba.
Robada,
una carta a mi captor. Que si lees mi blog sabrás que
alguna vez hablé de él y ahora parece comenzar a correr por librerías. Ahí si lo encuentras, no dudes en sentirte generoso.
4.- Hablemos ahora de uno que debido a una situación ya no deseo tanto como antes, porque ya lo tengo conmigo. Lo agrego aquí porque igual si alguien no sabe qué pedir entre tanto que elegir puede agregarlo a su carta.
Skogland, de Kirsten Boie. En su idioma conocido, más menos, como
La conspiración de la princesa. Dicho sea de paso, uno lee la sinopsis y no puede hacer más que desearlo
YA. Me lo compré como
auto-regalo de navidad, que si me atengo seguro me salías como los que atienden en la librería, que escriben
ESCOGLAN Y
QUIRSTEN BOUI, decidieron que no lo tenían. Muchos perdonarán cosas como esas pero yo no.
5.- Mamá dice siempre,
no llenes tu carta de lo mismo, aunque la verdad es que desde que cumplí 13 no me deja enviarla a ti como todos los niños. Dice, en ese momento uno se integra a la idea de la navidad adulta, donde la carta no es necesaria, y la boca te da lo que ella se merece. Esa traicionera boca mía que no se puede quedar callada, aunque te confieso mis dedos siempre han hablado mejor. Para alegrar el oído te pido ahora, aunque podría ser también la vista, el
DVD de
Adele live at the Royal Albert hall. Del cual pude ver un pedacito, para los afortunados que se pusieron vivos, y no sirvió más que para desearlo. Ya sabes, siempre se aceptan cupones o equivalentes con los que pueda comprar exactamente el regalo, para evitarte molestias.
Ahora, Santa, mejor me detengo. Dije que mínimo exigía
UNA cosa de la lista y los sostengo. Comprendo las cuestiones de economía y demás crisis, de aquí y allá, hasta que en estos días estés
TAN cansado como para acordarte de ir a comprarme un regalo. Sé perdonar y soy paciente. No estoy acostumbrado a desvelarme, porque siempre caigo dormido en lo más interesante, así que descuida; no me tendrás pegado a la ventana esperando a que aparezcas.
Bien, si algo de esto merece mi calificación de conducta, mencionada al principio de la carta, aquí lo espero. No te sientas tacaño, eso sí.
Hasta el próximo año, Santa.
PD. Saludos a Rodolfo, Donner, Vixen, Blitzen, Dancer... y los otros cuatro renos que tiran de ti. Te soy sincero y confieso no me acuerdo de sus nombres, tanto como aún me confundo entre los planetas de esta galaxia, aunque cada vez sean menos, o los días en inglés, el poema Day, les digo, que day son todos ellos y que no los pierdas es lo que cuenta.
¡Feliz navidad!
Hasta la próxima,