martes, 25 de noviembre de 2014

La grieta blanca - Jaclyn Moriarty - Reseña

Para todo lector, dividir la realidad de la ficción es un tema común. Casualmente, la ficción es capaz de crear imágenes increíbles y situaciones excepcionales. Tal es el caso de Madeleine Tully, una joven con un cómodo pasado que ha vivido con su mamá en Cambridge, Inglaterra, por un breve periodo todavía. Su personalidad naturalmente conocedora y reflexiva la refleja al mundo como una extraña chica que viste, se comporta y junta con/como los más inusuales sujetos (Jack y Belle). Posee una apariencia que muchos considerarían alternativa, tanto como su vida. Desde su educación hasta sus pensamientos. Blog Parlantes Nocturnos 
Un día, mientras anda en la calle observa algo extraño. Allí, a los pies de un parquímetro apareció una grieta que parece tener algo… blanco. Y ese color es una nota, una que cambiará su vida introduciéndola en una aventura tan real como complicada. 
Es así como conoce a Elliot Baranski, un chico de talento y personalidad natural que vive con su madre en un pueblo llamado Fogatas, de una región que tiene por nombre Las Granjas. Pero no se molesten en buscarlo en un mapa. A menos que tengan el mapa correcto, y eso es francamente imposible. Resulta que ese lugar y ese muchacho pertenecen a otro mundo. Uno que contiene el reino de Chelo
Ya sé que suena algo musical, y la música no tiene mucho que ver con esta historia. Lo que sí tiene todo que ver son los colores. 
Verán: en el mundo al que pertenece Chelo, un lugar casi tan común como el nuestro, sucede que a veces los colores aparecen en la distancia, se acercan y hacen de las suyas. Los hay buenos y malos, aunque todos alteran algo. Describir su nivel de influencia, peligro o reputación solo lo puede hacer el libro, porque es complicado pero al mismo tiempo muy interesante. 
Así es como Madeleine y Elliot presentan sus vidas en este libro, ambos con preocupaciones propias. Ella, con la enorme sensación de que algo ya no anda bien, buscando la gran interrogante y ansiando la respuesta para cuando sea necesario. Él, todavía preocupado por el misterio detrás de la desaparición de su padre, examinando la verdad al mismo tiempo que resguarda la esperanza
Podríamos decir que a cada uno le suceden cosas grandiosas. Aunque si ponen la realidad comparada con la fantasía (y esta fantasía en especial) me decidiré por lo segundo. 
En Las Granjas el mundo es casi idéntico al Cambridge de nuestro mundo, pero no representa una gran ciudad, sino un poblado tranquilo y generoso. Las personas son tranquilas, todos se conocen. Si quitáramos los colores y demás posibilidades en la distancia de su mundo, sería un lugar idéntico al nuestro -posiblemente en otro tiempo-. 
Hay tanto que explicar que, como les dije, la única forma de entenderlo es leyendo el libro (sí, insisto). Yo no estoy aquí para explicarles las cosas, sino para contarles lo que me gustó de esas cosas. 
Los capítulos se dividen en partes, que nos posicionan en un mundo y en otro, siguiendo la línea temporal en que se intercambian las cartas por esa pequeña grieta del parquímetro. Mucho de lo que sucede aquí solo se le puede atribuir al destino. Blog Parlantes Nocturnos 
Constantemente menciono al destino en mis reseñas, pero en las historias es bastante difícil no encontrarlo. Por eso tienen un principio y un final, totalmente planeado y trabajado por el autor. 
El mundo de Elliot es un lugar en el que me encantaría vivir, a pesar de la amenaza de los colores, y porque la gran mayoría (yo incluido, ya ven) diría que sí si les ofrecieran vivir en otro mundo. 
Las partes de Madeleine no me parecieron tan emocionantes, ni tan originales, pero sí resultan importantes para el desarrollo. Moriarty describe una relación dimensional por la que es imposible no sentir curiosidad. Después quedé encantado por las sospechas de su continuación. 
Y es que, aunque su ritmo se sienta algo irregular y sus sucesos parezcan no tener conexión, el final es simplemente perfecto. Vale la pena todas las fruncidas de ceño y reflexiones extra que sus palabras requieren. Los detalles se graban en nuestra memoria porque seguro serán necesarios para completar otros en el futuro (no me refiero a detalles argumentales, sino de escenario). 
Me encanta la atmosfera inusual que acompaña este libro, y ahora que lo pienso, creo que todos necesitamos algo inusual en nuestra vida. No tiene que ser TAN difícil como esa grieta entre dos mundos, solo lo suficiente para no poder describirlo. Blog Parlantes Nocturnos 
Para ambos protagonistas son importantes los amigos, la familia, el conocimiento y puede que hasta su comunicación. Ambos viven vidas por completo independientes y lo que se dicen no influye en mucha medida en lo que les sucede. Este extraño suceso de la real fantasía es únicamente atribuible a la casualidad. O como yo lo creo: la mejor casualidad posible, tanto para los personajes como para los lectores. El buen momento de lectura que yo encontré aquí tuvo tanto y llevó a tanto más que ya me resulta indispensable. Estoy extrañamente enganchado. Esta es mi forma de vivir en ese mundo que contiene a Chelo. 
La grieta blanca pasa de un título diferente a una historia todavía más diferente. Con explicaciones que parecen surgidas de un increíble sueño y que llevan su significado hasta una total conexión con la realidad. 
Ofrece muchas dudas, pero todas se sienten tan bien en la mente… Ansiosas cuestiones para las que encontramos respuestas propia (es inevitable) y seguramente tendrán unas impresas todavía más sorpresivas y devoradoras. 
Me hizo recordar que el papel del lector es esperar algo muy bueno, porque fue más que bueno. 

La frase: 
Es interesante, sin embargo, que si colocas colores complementarios uno al lado del otro, hacen que el otro brille con mucha más intensidad (como dijo Leonardo da Vinci: “Resplandecen más que con su brillo natural”). 
Me pregunto qué pasaría si tú y yo nos encontráramos. ¿Nos aniquilaríamos mutuamente o brillaríamos con más fuerza? Tal vez las dos cosas. 

La grieta blanca, Jaclyn Moriarty. 350 p. V&R Editoras, 2013

¡Hasta la próxima!

domingo, 9 de noviembre de 2014

Opinión: Interestelar (CINE)

Recién salido de la sala, me tomo un momento para contarles sobre esta nueva película del interesante director Christopher Nolan. 
Es difícil no sentirse interesado por este argumento. Años en el futuro, cuando solo importa la sobrevivencia, el mundo sufre una crisis de agricultura, y por lo tanto también climática. Después de los conflictos políticos, económicos y espirituales, los habitantes del mundo ven a su raza como algo tan valioso como moribundo. 
Todavía en la lucha, los ahora considerados cuidadores de lo que tienen, viven en una sociedad semi-normal. Como si de alguna forma supieran que lo que sucede tiene que ver con sus acciones del pasado. Pero lejos de mirar hacia esos tiempos, observan al futuro. Algunos más que otros. En esa situación se encuentra el ingeniero -y ahora granjero- Cooper. Que gracias a extraños sucesos y decisiones claras se ve involucrado en un proyecto que puede ser la última esperanza de la humanidad (sí, la vida es indispensable). Dicho proyecto involucra un viaje al espacio, en el que a través del agujero negro más cercano se intentará llegar a otro lugar del universo para buscar dónde continuar la vida.
La idea es interesantísima. Lo desconocido siempre provoca mucha emoción, aunque no para todos. Es un viaje arriesgado, lleno de riesgos. Como saben, últimamente se habla mucho de los planetas fuera de nuestro sistema solar que podrían tener condiciones para la vida. Pero esos planetas están muy lejos para ser explorados, a mil o más años luz de distancia. Así que el agujero de gusano es la mejor (y la única) opción.
Pero en esta historia nada es una casualidad. Al menos… no se defiende esa idea.
La idea en general, que es lo que puede contarse, refleja de forma muy directa y realista un escenario del futuro, según la ciencia. Es verdad que no somos la única especie en el mundo, pero de alguna extraña -y en su mayoría imperceptible- forma, el centro de todo lo que sucede se basa en los humanos.
Son muchas las ideas que aparecen en la mente una vez que se sale de la función. Las que no aparecieron durante la proyección porque allá dentro todo era muy interesante. Todo mundo estaba concentrado observando un tiempo en el que solo el maíz crece y hay tormentas de polvo y tierra.
Los datos científicos detrás del argumento, en su mayoría de física e ingeniería, no son transparentes para todo el mundo. Aunque a todos nos gustaría que así fuera. Pero creo que de eso depende toda la atención que se pone en la película. Nolan ya casi nos acostumbra a ello. Entrega un espectáculo de ritmo sutil pero detallado que mantiene al espectador sentado sin queja alguna, mordiéndose las uñas o sosteniéndose el mentón. Manteniendo el sentimiento por casi tres horas que se van volando. Como dije, no hay más tiempo que para entender lo esencial (algo sobre Relatividad) y seguir los momentos bajo lo que percibimos de ello. El cine siempre me ha parecido una maravillosa forma de aprender cosas, o de al menos lograr que nos interesemos en ello.
Interestelar resulta una producción lo suficientemente ambiciosa como para reunir a muy buenos actores que entregan los momentos indicados (Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Michael Caine, otros más y alguna sorpresa), unos efectos increíbles que acompañan escenarios espectaculares –tanto en la tierra como en el espacio-, y el argumento más atractivo de la temporada. Una película irresistible y cumplidora que, para mí, ya está entre las mejores de año y también entre mis favoritas del director (junto con El gran truco, El origen y su trilogía Batman).
Y no es que sepa mucho de cine, pero lo disfruto lo suficiente para decir que con esta película el momento y la inquietud están garantizados.

Interestelar (Interstellar), 2014. 
Christopher Nolan. 169 min. 
Aventura, ciencia ficción.

¡Hasta la próxima!