jueves, 2 de agosto de 2012

Diez cosas que hicimos (y que probablemente no deberíamos haber hecho) - Sarah Mlynowski - Reseña

Nos encontramos con gente en el periodo más contradictorio de la vida, que cree tenerlo todo, quiere tenerlo, y hace lo posible por conservarlo, pero a la que simplemente las cosas no le salen como esperaba. 
En la vida de April aparece una oportunidad, una que cualquier persona que lleva la vida como ella no se negaría a rechazar: vivir sin padres que la vigilen. 
Sin su padre, mejor dicho, porque sus padres se separaron y su mamá vive ahora en Francia con el hermano de April y su nueva pareja. 
Personalmente, no consideraría tomar dicha oportunidad teniendo 16 años, y, como en el caso de nuestra protagonistas, sin saber siquiera hacer las compras o lavar los platos. Pero esta chica tiene amigos –buenos, hay que aceptarlo-, y un novio al que quiere mucho (aunque no sea la gran maravilla). 
La mentira de April comienza con las 10 cosas que estas dos chicas hicieron (y que probablemente no deberían haber hecho), porque su oportunidad de vivir sin la vigilancia de adultos, también tiene que ver con su amiga Vi. La independiente Vi (Violet), que ha pasado su vida entera junto a una simpática madre un poquitín irresponsable; de esa gente soñadora que acaba de conseguir un trabajo que la llevará fuera de su casa por todo un semestre. 
Dejando las cosas claras, Diez cosas que hicimos es una historia adolescente, sin temas demasiado manoseados (se lo agradezco a la autora), con risas esparcidas por varias páginas, reacciones y momentos inesperados. 
Ya nos damos cuenta cómo la autora tiene cierto interés por los tiempos, como hizo directamente en Gimme a call, aunque ahora se trata de simples y casi inmediatamente pasados momentos (flash-backs), que en cierto momento podrían considerarse innecesarios, pero se agrace el intento por experimentar con la narración. 
Una historia visual, como ver una de esas películas de tardes agradables, con sorpresas y momentos indignantes (de risas y disgustos), adolescentes sin fin, que se creen adultos, desesperados por perder la juventud en vez de disfrutarla, aunque también la disfrutan a su manera. 
Mi (poca) experiencia con Mlynowski me hace colocar sus historias, ésta y Gimme a call, con una base de patrón, principio y fin, pero con capítulos completamente distintos, bien aprovechados. Ahora tocando temas más serios, como el sexo y sus detalladas maneras, breve y suficiente para las mentes a las que se dirige, con la cabeza suficiente en April y sus compañeros de “aventuras”. 
Contarles antes de que lo lean se me antoja como maostrarless flashes de escenas y escenas, como en las películas, para invitarlos a disfrutar el momento. Las fiestas y una supuesta relajación, secretillos y atracciones. 
La perfecta y suficiente lectura de alguien necesitado de risas, o al que le guste reír. Colarse en mentes repentinas y amistades mantenidas. 
April, de lo real sin resultar cliché, demostrándonos que la personalidad puede ser todo para un personaje, que todos la necesitan. Que hay que decir lo suficiente, para que nadie se entere, de ser posible. 

La frase: 
Y sí, puede que todos los demás se hubieran ido; pero mi calle seguía allí. Mi casa seguía allí. Yo seguía allí. 
La última mujer en pie. 
-Volvamos a casa dijo Vi, y me sobresalté. 
Casa. ¿Dónde estaba “casa”? ¿Qué era “Casa”? 
Tragué saliva y coloqué la palanca en posición “conducir”. Noté una opresión en el pecho mientras nos alejábamos. 


Diez cosas que hicimos (y que probablemente no deberíamos haber hecho),
Sarah Mlynowski. 401 p. Alfaguara, 2012

¡Hasta la próxima!

3 comentarios:

Cassie dijo...

Que bien que lo hayas disfrutado :D a mi también me gusto mucho xD

Yo creo que si me leería otro libro de la autora!

Bam dijo...

Gracias por la reseña!
Besos n.n

Anónimo dijo...

Muy bueno, me gusto mucho! :)