domingo, 10 de octubre de 2010

Carta a: Emmi Rothner y Leo Leike


Asunto: ¡Barbaridad!

Distinguidos señores explosivos.

He tenido que recurrir a este medio para intentar lograr comunicarme con ustedes. Tal parece que ya millones de personas los conocen y no estoy siquiera seguro de que la recepción de este mensaje sea segura, necesitaba una manera de desahogarme.

Antes que nada, quiero aclarar que: 1) soy un bloguero amante de la libertad de expresión, 2) creo que muchos otros blogueros desearan haberse comunicado con ustedes antes que yo, 3) a comparación de mi carta anterior, esta no está impregnada de enojo, y mucho menos odio, y 4) soy su fan, pero no digo mis ideas de lo que podrían pasarles en el tiempo que tardan en pasar cada siete olas porque me emociono-altero.

Mis emociones explotaron más de una vez en la noche que decido terminarme su historia, sé que me pensaba una persona con bastante control, pero no, no pude evitar enojarme con ambos, primero amándolos, luego odiándolos, y después volviéndolos a amar. ¿Me pueden decir de dónde viene eso?

Justo anoche estaba en platicas twitteras con algunas lectoras que comparten mi idea de querer besar la cabeza de un hombre con apellido Glattauer. Pero compartimos otra idea, les pido por favor que no consideren mi mensaje en ese punto de desesperación en que el fan le pide al admirado que haga cosas que no están en sus manos. Pero venga, les cuento. Nos encontramos en fechas hallowinezcas, llámenlo como se le conozca en sus lares, y tengo un estremecimiento cada que recuerdo la fecha de espera.

Esas siete olas serán multiplicadas por meses de espera, luego de que algunos camaradas de otras tierras nos cuenten las emociones vividas al adentrarse en ellas, aunque ahora mismo creo que esas siete olas se multiplican porque las olas implican al mar y seguro nos traerán los ejemplares por barco o algo así, mira que casi tres meses después es, de verdad una tortura.

Pasando a otros temas, que tal si me dejan un mensaje en mi contestadora, a mí sí que no me ha sido suficiente imaginar cómo es que pronuncian «ombligo» o «tío» y «hablando». No, olvídenlo, mejor no, creo que si lo hacen ahora no llegaré cuerdo a la fecha destinada. Tampoco se les ocurra invitarme a una de sus noches para beber a larga distancia, mi madre me quitaría el internet por tener ese tipo de contactos, y yo no soy nadie para meterme en asuntos de grandes, como lo son ustedes, a demás ¿se imaginan que distorsión de la señal a causa de la distancia?

Yo no planeo hacer algún viaje a alguna parte, lamentablemente, lo que significa que aquí me quedaré, esperando a que caigan en mis manos las siete olas que me correspondan ¿se imaginan cuantas olas se requerirán para saciar a todos los que los conoces? Yo no simpatizo con las matemáticas, así que si ustedes sí: estaría bueno que comenzaran a hacer la suma.

Saludos cariñosos.

Erickold, el que espera le respondan.

¿Les he hablado alguna vez del viento que corre por aquí?

3 comentarios:

Selene dijo...

Sonriendo (no se si hay un emoticon para eso)pasa las olas con algún autor favorito, por ahora Simone Elkeles es mi refugio. Si Contra el Viento del norte hubiera ocurrido durante halloween podrían haberse disfrazado y hablar sin dar conocer su apariencia. Tal vez habría sido interesante.

Leí una entrevista del autor que decia que el titulo del libro se debía a que el viento del norte era helado y Leo protegía del frío a Emmi, el titulo del libro literalmente es eres bueno contra el viento del norte.

El mi país el viento helado se llama camanchaca, creo que después de todo, todos tenemos nuestro viento del norte.

pd: carta A?????? habrá una versión B

Unknown dijo...

Este libro es buenisimo, pero el final me enoja, D:

Saludos!!

Hystricomorpha dijo...

Tengo la idea de escribir millones de cosas por aquí que de tantas que son las tengo trabadas y nada más mis dedos no dan.
Por lo pronto vamos a puntualizar un par de cosas, a mi parecer de suma importancia, para que podamos entendernos mejor en caso de llegar la tan esperada respuesta:

1. Que si de besos hablamos me pido el segundo puesto, ya que de ninguna manera le quitaría a usted el suyo -muy bien ganado debo añadir-, en ese compartir con Mr. Glattauer.
2. Y en caso de ser posible aquello de la contestadora, que por favor "mi" Leo -gozando de atrevimiento- me haga un recital, sin palabras específicas, para así poder tenerlas como canción de cuna cada que venga a visitarme en sueños.

Por lo demás, es la primera vez que caigo en estas líneas y como soy curiosa permitame decirle que me pienso quedar.
Eso si, esperando que sean las mas y no las menos, y que sus ganas vuelvan -ya que la última se la ha quedado un señor vestido de rojo que es de mi total indiferencia-.

Besos.