lunes, 8 de agosto de 2011

Hacia el fin del mundo - José Ignacio Valenzuela - Reseña

Las palabras compuestas pueden ser bastante peligrosas en realidad. El Malamor lo es. Pero no se preocupen, según me contaron: sólo acecha a los habitantes de un pueblo en un lugar de la patagonia chilena llamado Almahue.
Para llegar a explicarles el presente de la historia primero debo contarles algo sobre el pasado. El malamor es una maldición. Y como sus palabras lo dicen, o al menos se dieron una idea al conocerlas, prohíbe enamorarse. Si eso ocurre, sufrirán hasta la muerte. Una maldición lanzada por alguien herido pero que no se ayuda mucho para ganarse la estima de nadie. Uno no puede maldecir un pueblo cada vez que el amor lo lastima. Sin embargo, esta persona tenía sus razones. Vaya que sí.
Ángela descubrió esto un día en la universidad. Pero para cuando nosotros conocemos la historia, ella ya está tremendamente traicionada por Patricia, su amiga todavía, que le ha robado el tema y lo ha presentado como suyo. Mala, una chica mala.
Pero ocurre que Patricia se ha metido en problemas, y Ángela debe hacer algo por ayudarla. Ir hasta donde está. Almahue.
Un lugar en dirección misma del fin del mundo.
Sin embargo, a pesar de todo lo que pasa en el camino, jamás esperó lo que comenzó a ocurrir con su llegada.
¿Cómo una chica totalmente ajena a ese lugar puede producir tantos cambios?
Ángela parece ir en contra de todo, sin querer. Problemas y más problemas vana apareciendo. Algunos definitivamente mucho más difíciles que otros. Se topará con el pasado, las leyendas y la profundidad del asunto.
Patricia está desaparecida. Nadie, absolutamente nadie, sabe dónde está.
Comenzar desde cero una búsqueda es lo que esta chica debe hacer. Porque aunque su amiga se haya portado como una autentica malvada no puede olvidar por qué se volvieron amigas.
Qué sería de una historia sin amor, cosas malas -como se espera-, y el misterio.
Los habitantes de Almahue no se librarían de la maldición de una chica de antaño traicionada ni mudandose del pueblo. Lo peor de todo es que las secuelas no son simplemente eso y esa profundidad de verdad que no está lejos.
¿Hasta dónde llegarían para descubrir la amistad y el amor vedadero?

Yo les cuento una cosa: No busquen una respuesta. Si eso algún día les pasa, como a Ángela, estarán verdaderamente sorprendido de lo lejos que esto puede ser.

Hacia el fin del mundo es una historia de paisajes y palabras que quieren existir. Para mí lo lograron. Ahora imagino lo que es el Malamor y cómo me sentiría viviendo en un lugar como Almahue. No lo haría pues no quiero tener la posibilidad de enfermarme de malamor. Acepto que en circunstancias oportunas podría ser un lugar increíble para la inspiración.
La historia de Ángela, Fabian y Patricia es curiosa. Los personajes no necesitan aparecer para formar parte del momento.
Ustedes saben cómo me gustan los flash-backs. Si a ustedes también les cuento que esta historia los tiene y bien se mantienen.
Dicen que los libros te llevan a viajar a lugares lejanos, pero Hacia el fin del mundo lo hace literalmente. Viajé a un bello lugar hacia el fin del mundo y, como les dije, llegué con Ángela al fondo del asunto. O eso creo.
Cualquier cosa podría pasar a continuación. Con o sin un Iphone.




Hasta la próxima

1 comentario:

Maria Urra dijo...

wow, he leido solo maravillas de este libro, y tienes un punto distinto a los demas que podría ser cierto, me gustó tu reseña!
besos