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miércoles, 12 de mayo de 2010

Confesiones de alguien como yo: los gustos


Ante mi serio olvido de esta entrada, como espero podamos hacer casa mes, me disculpo también por el retraso. Así que para entretenernos un rato, a nosotros mismos de hecho, en esta ocasión tocan los gustos, ya saben que el mes pasado fue el enojo. Así que comencemos.

En estos días de TANTO calor me encontraba rogándole al cielo, mas bien hablando seriamente con él para que se decidiera a soltar unas cuantas gotitas de agua luego del crepúsculo, que es cuando el sol se ha ido y la frescura tiene mas posibilidad de permanecer por mas tiempo.
—¿Por qué no ha llovido? —le pregunté intentando cubrirme los ojos del reflejo del sol.
Las nubes se movieron y lo única respuesta fue un viento que me golpeó llenándome de frescura pero al mismo tiempo diciéndome las cosas, con una voz profunda, fuerte, firme, pero inexistente.
—No hay agua para poder llover, no hay viento mas fresco que este que te doy, no hay sol mas grande que este y gente mas necia que la de este mundo, esa que tira basura, la quema y que se ha preocupado mas en descubrir la partícula que lo originó todo en vez de inventar un auto totalmente ecológico que nos haga permanecer. No hay mar limpió ni nubes que no quieran llorar, no hay noche perfecta antes de perdonar. Yo no puedo hacerlo, ni siquiera tu. Necesitas ser paciente, es todo lo que puedo dar.
La ráfaga de viento terminó de golpearme y yo decidí sentarme a contemplarlo, fue entonces cuando a lo lejos observé la grandeza de las nubes, lo enormes que resultaban incluso de lejos. Me imaginé volando entre ellas como cuando niños, oliendo para siempre el aroma de la tierra fresca antes de comenzar a llover, frio para siempre, mirándolo todo, llorando ante todo, siendo una nube.

Luego de esta, explicación, verde, les doy la bienvenida a la lista de los gustos:
1. Me gusta el frio, que me haga quedarme en cama leyendo algo bueno sin sentir ganas de lanzar nada contra la pared.
2. Descubrir el parecido que tiene el cielo, cuando hay nubes, con una pantalla de cine. Imaginar que en cualquier momento un angel guerrero aparecerá surcando el cielo rápidamente y agitando la mano saludándome.
3. La música de esa banda que taaanto adoro y tal vez algún día les confiese el nombre.
4. No tener que trabajar diario, a veces incluyendo los domingos.
5. El color naranja mezclado con el gis. WoOo
6. Las tareas fáciles, esas que te hacen sonreír por ser cortas.
7. Ganarme algo, aunque sólo me he ganado dos boletos para el cine en una estación de radio, eso en toda mi vida.
8. No tener que pasar mucho tiempo buscando ropa que me guste de verdad.
9. Escribir obsesivamente cada vez que tengo tiempo.
10. Tener amigos que no finjan enojarse sólo porque ya no quieren estar contigo. Guac…
11. Me gustará esa persona que no conozco pero espero algún día conocer, a menos que sea tan cursi como la tostada, también a menos que ya haya muerto. Ah, que dramatismo.
12. Ir al cine y meter comida de contrabando, eso sube la adrenalina. Jeje. Al menos ahora que no tengo tiempo de ir. :(
13. Acordarme de cosas graciosas en cualquier momento y que me hagan reir solo, aunque ya haya pasado mucho tiempo, esa es una señal de buena memoria.
14. Viajar de noche, siempre y cuando no sufra accidentes.
15. El café frapé y la tienda de doña Tota, aunque digan que engorda.
16. Ir a la librería y encontrar justo lo que buscabas sin tener que preguntarle a los ogros que la atienden, Oh si.
17. Cocinar, aunque no he tenido mucho tiempo para aprender.

Esta ha sido mi lista y, como ya saben, espero que nos compartan la suya sin importar lo que sea, eso creo. Me ha salido toda fantástica y loca pero ¿Qué sería yo sin la locura que me caracteriza? ¿Qué seriamos todos sin ella?
Nunca se olviden de lo que son, de lo que les gusta ser.

Los saludo enormemente,
Les deseo lecturas agradables acompañadas de música de sus gustos y una lluvia cómoda.
Nos leemos a la próxima…

viernes, 30 de abril de 2010

Somos ¿Niños?

Con motivo del día del niño en México, lo digo porque en algún lugar leí que en otros países se celebra en un día diferente.
Si, ya sé que es tarde pero esta entrada llevo queriendo escribirla desde ayer, Hehe.
En lo que va del día me la he pasado viendo niños salir de las escuelas con rostros alegres por no tener clases y solo haber ido a su reunión anual de 30 de abril. Eso hasta los 12 años.
Por eso decidí ponerme a recordar, no hace mucho, para que quede claro, que dejé de tener la edad, antes de los 12. Soy joven, si, en serio.
Pero haciendo una comparación entre lo que ven y las cosas con las que se entretienen los niños ahora y en mis tiempo, que tal vez llegue a coincidir con alguno de ustedes. Comencemos el momento emotivo, ya verán.

En mis tiempos veíamos caricaturas que se dibujaban, de hecho las veían desde antes pero aun las continuaban pasando.

Como esos enanitos, súper chiquitos azules llamados Pitufos. Que recuerdos, yo si cantaba las canciones de las entradas en cada programa, y si, aun me acuerdo. Ya les dije que no soy tan grande y se los repito.

Ahora los niños ven programas como estos. Esta mona con una cabeza fuera de lo común, por su tamaño, y un carácter impresionante se llama PUCCA. Que es bien diferente, la canción del inicio no le veo lógica, además de que los capítulos duran muy poco, no dudo que la veo de vez en cuando, pero no es de mis tiempos.

Este que ven a continuación también me gustaba, era el inicio de una nueva generación de dibujos animados. Este perro inteligente que nos demostraba lo mucho que se puede llegar a querer a una persona, o algo, al punto de enfrentarse a sus miedos para salvar a Muriel.

En mis tiempos jugábamos con unas consolas pequeñitas a las que el ponías 2 baterías AA. En los que encontrabas juegos como el tetris. Ese donde acomodabas tus figuritas para dejarlas como un muro que se iba llenando y al desparecer te daba puntos.

Ahora los niños juegan con una consola enorme que tiene acceso a internet y a la cual se le insertan discos que cuestan un ojo, cero que por eso leo. En el que se introducen en un mundo de guerra, o lo que sean, pero eso entiendo yo de la imagen. Presionan un control al mismo tiempo que el mono avanza en la pantalla de televisión y muerden su lengua de emoción, o enojo. Se enojan cuando pierden y bailan cuando ganan. WoOo.

Pasando a un tema mas en materia veamos lo que lees cuando eres chico.

Uno de mis primeros libros en leer, en la primaria fue, el principito, un clásico sentimental que me ha hecho llorar al final y creo que aun puede seguir haciéndolo. Si, claro que sí.

Ahora también leemos pero cosas diferentes como todo lo que ven en las demás entradas que nos hablan de libros fantásticos, Jeje.



En mis tiempos encontrabas historietas como estas. En los que los súper héroes con misteriosos accidentes que les dan poderes Vivian aventuras salvando a personas comunes y corrientes de villanos mitad humanos, mitad extraterrestres o animales que eran unos Malotes, Malotes.

Ahora los niños ven y juegan con Naruto. Un chico que desarrolla su yutzu, como se escriba eso, que también nos tocó con otras caricaturas que ya no son historietas porque ahora se llaman Animes, y se leen de atrás hacia adelante, incluso hay un genero erótico. Dios, niños cierren los ojos.

No les puedo decir cual es el tipo de música que escuchábamos porque a veces de eso si da vergüenza y porque yo no escuchaba música, de niño esas cosas casi no gustan. Pero ahora continuamos acoplándonos a la moda de la música. Sino pregúntenles a esos artistas internacionales de 40 que siguen haciéndonos descargar su música en internet, cuando en mis tiempos tenias que ir a la tienda de discos, o casetes, para escuchar música.



Lo que nos demuestra que el tiempo ha pasado, y continuará pasando. Pero en ocasiones seguimos recordando estas caricaturas, juegos, lecturas y música que son de nuestros tiempos. No hace mucho. Pero su hace algún par de años en los que día a día hay algo nuevo para gustarnos.

Yo sí siento mi niño interior, me gustaría hablar con él en ocasiones mientras regreso de la escuela para que me recuerde cosas de hace tiempo, que me haga reír con sus chistes solitarios y que me de la oportunidad de escuchar de nuevo todas las voces de cada uno de los juguetes de mi infancia, lo tengo porque me descubro saltando en la cama hasta que mamá me dice que debo parar, porque veo las marcas de crecimiento en el marco de la puerta y como los zapatos son guardados en diferentes números al igual que la ropa porque no dejaba de crecer.

Todo eso y más me hace sentirme ese que soy y fui, in niño que celebrar.

Nos vemos a la próxima…