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miércoles, 19 de julio de 2017

Bluescreen - Dan Wells - Reseña

La facilidad del presente radica en la función de los avances tecnológicos. Sin embargo, todos nos imaginamos cómo sería la vida en… el 2050, por ejemplo, y esta novela es un ejemplo de ello. 
Marisa Carneseca (con un apellido salido de una novela del viejo oeste) es una audaz adolescente con raíces latinas que vive en El Mirador, una parte de la ciudad de Los Ángeles en el año 2050. En este futuro, las personan tienen implantes cerebrales llamados djinnis que los conectan a la Net y básicamente apoyan TODAS sus actividades, una versión muchísimo más avanzada que los teléfonos inteligentes del presente. 
La velocidad en la que suceden las cosas en esta historia es impresionante, los clics son parpadeos y las relaciones sociales son prácticamente automáticas. El concepto de la Net como el Internet sigue siendo el mismo, siempre hay una nueva forma de sorprender y el entretenimiento es indudable. Los videojuegos se pueden jugar estando inconsciente y usar los dedos para escribir mensajes de texto es cosa del pasado. Claro que para los habitantes de ese futuro, todas esas cosas son lo más normal del mundo. 
Pero no por tratarse de un tiempo cómodamente tecnológico significa que los problemas vayan a desaparecer. Estar conectado todo el tiempo a la Net también podría tener sus desventajas. Como dije: siempre hay una nueva forma de sorprender. Que el principal dispositivo de esta historia se encuentre instalado en el cerebro de todos no deja el alcance del peligro sin serias consideraciones. Y no creo que la presencia de autos de conducción automática o entregas a domicilio súper rápidas (entre muchas otras cosas) lo valgan. Blog Lectores Nocturnos 
En medio de los casi desinteresados días de Marisa y su notable experiencia en los usos de djinnis y la Net, el conflicto es justo lo que necesitaba para complementar la emoción en su vida. Además de los problemas sociales ya existentes en esta ficción, Marisa está por descubrir un malévolo plan sin origen visible que tiene potencial para hacer que su contexto (su vecindario, sus amigos, su familia y su propio futuro) corra peligro. La aparición de una droga virtual llamada Bluescreen atrae su atención desde el primer momento, aunque no como consumidora, sino como buena conocedora de la tecnología y sus capacidades (o riesgos). 
Soy fan de Dan Wells. Su distopía Partials es una de las más apreciadas en mi librero y John Cleaver es un personaje con una mente completamente peculiar. Naturalmente, cuando me enteré de esta nueva trilogía, no pude evitar sentir interés. Que un libro lleve el nombre de una droga sin duda direcciona la trama. 
Aquí Wells crea una realidad propia de un futuro posible y agrega una protagonista de mente ágil, aunque no libre de frustraciones. Marisa es sin duda el centro de la novela, cada capítulo la involucra a ella y su liderazgo tecnológico consigue precisamente lo deseado: interesar al lector. Aunque, claro, me habría gustado que algún otro personaje resultara casi tan importante para encontrar más opciones de conexión con los lectores. Todos los personajes secundarios (Anja, Sarah, Bao, etc.) dan a conocer sus detalles, pero no sobresalen lo necesario para robar el enfoque, incluso cuando se lo merecen. Marisa y Bluescreen son los nombres que ganan la batalla, así que inician una en la que solo el equipo más astuto tiene posibilidades. Blog Lectores Nocturnos 
Los Ángeles en el 2050 muestra algunas de las ideas más convincentes del futuro, pero también algunas de las ironías más curiosas sobre el presente. 
¿Y cómo no apreciar el detalle de las constantes expresiones originalmente escritas en español porque la familia de Marisa es de origen mexicano? Y hablando de eso, tampoco puedo pasar por alto los varios clichés sobre ese mismo tema que aparecen a lo largo de la historia, que no diré porque odio los spoilers y, además, cualquiera que llegue a leer este libro se dará cuenta de ellos de inmediato. 

Bluescreen aparece para sacudir la estabilidad de un futuro que sorprende por su realidad. Marisa es una buena protagonista, aunque hasta ahora la narración que la presenta no se preocupa en absoluto por dar un nivel emocional a la historia, sino solo en convertirla en una casi trepidante secuencia de acción. 
El color azul no solo cubre el título, sino también la atmósfera del argumento. La ciencia ficción en este libro es tan original como genuina, los diálogos la empujan hacia adelante y sus momentos cumbre la hacen sentir como una introducción lo suficientemente buena para continuar interesados. Esperando, claro, que los siguientes dos títulos de la trilogía cuenten todos los detalles que despiertan curiosidad y hagan honor al potencial de esta primera parte. 
Play crazy. 

Calificación:

La frase: 
–Porque quisiera confiar en alguien –dijo finalmente–. Mira a tu alrededor. ¿Conoces a alguien de todas estas personas? ¿Ellos nos conocen a nosotros? ¿Crees que les importamos? La mayoría de ellos están demasiado concentrados en sus djinnis; sus mentes están a medio mundo de distancia en este momento. Estamos en medio de una enorme multitud y, aun así, estamos alejados de absolutamente todos excepto nuestros amigos más cercanos y nuestras autoridades más estrictas

Bluescreen, Dan Wells. 456 p. VRYA, 2017

Similar a: 

¡Hasta la próxima!

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Lo mejor del 2014

No podía dejar que terminara el año sin contarles cuáles fueron las mejores lecturas que tuve este 2014, doce apresurados meses que supieron cómo mantenerme ocupado, pero llenos de experiencias inolvidables, aprendizaje significativo y apreciadas conversaciones. Este año nos dio y nos quitó, pero es lo normal en la vida. Las lecturas que aparecen aquí son lo mejor en mi breve lista de lecturas del año, me hicieron disfrutar, sorprenderme y hasta sufrir junto a sus personajes. 
Comencemos pues con los reconocimientos (así, como si fuera muy formal). 

La firma de todas las cosas, de Elizabeth Gilbert. Libro que no solo es de lo mejor que leí en el año, sino de las mejores experiencias de toda mi vida. Alma Whittaker y su vida me dejaron encantado, regalándome la posibilidad de despertar la imaginación con un pasado tan increíble como poco alentador. Los personajes hacen un ensamble increíble con la protagonista, los momentos son experiencias de ficción que trascienden sus enseñanzas a la realidad. Me agradó la narración, su inteligencia y sutilidad. Me hizo desear la aventura como hacía mucho tiempo no pasaba. 

Los reyes del mambo tocan canciones de amor, de Oscar Hijuelos. Un libro que técnicamente leí en su mayoría el año anterior. Fue otra buena experiencia de pasado, aunque algo larga y con colores más crudos, que se queda en mi lista por lo completa que es, lo preciso de su narración y su media realidad tan respetuosa de sus personajes. Su ritmo de mambo lleva a mensajes universales de melancolía y la edad adulta (ahí no me muevo muy libre todavía) y me hizo comprender que tanto la música como la vida en conjugación ajena no tienen por qué ser rechazados por completo si no se conoce hasta el fondo del asunto. 

Insignia, de S.J. Kincaid. Hace tiempo que no me gustaba tanto un libro de ciencia ficción, con sus pres y post. Tom y su futuro tecnológico consiguieron hacerme emocionar, imaginando todo lo que pude de sus apresurados momentos (reales y de practica). Aquí comprendí algo de lo diferente que es la humanidad de su tecnología. Me encantó la forma en que se resuelven algunos problemas, y cómo surgen muchos otros. Es una historia tan interesante y apresurada que en un momento consiguió lo que quería: hacerme desesperar. Lo tiene todo muy planeado, o eso es lo que parece… 

Yo antes de ti, de Jojo Moyes. ¿Cómo no recomendar este libro? Lou y Will me atraparon con su inesperada relación, los momentos que pasan juntos (porque tienen que pasarlos) los cambia a ellos tanto como al lector. Me gustó ver que existen historias como estas, en las que nada transcurre de la forma “común” pero puede llegar a ser mucho mejor que las que sí lo hacen. Fue mi lectura de aprendizaje de vida este año. Disfruté cada momento, cada día junto a estos dos. Como dije en mi reseña: me cambiaron (y encantaron). 

La casa de Riverton, de Kate Morton. El segundo libro de la autora que tengo la oportunidad de leer y el segundo que me encanta. Ella sabe cómo mezclar dos épocas en sus historias. Convierte los recuerdos en realidad. En esta ocasión una chica llamada Grace, empleada de una casa con habitantes elegantes, comparte tanto su propia historia como la de sus jefes, mezclándolas de la forma más repentina y totalmente influenciable. Nos habla de amor, de traición y simples mentiras que lo destruyen todo. Como siempre digo: Si les interesa, léanlo (y seguro les encanta). 

Corona de medianoche, de Sarah J. Maas. Segunda parte de la historia que comencé sin estar muy convencido, pero que me terminó danto todo lo que prometía y más. Celaena, la asesina, sigue teniendo problemas, pero ahora son más interesantes, más oscuros y más secretos. Sus personajes al fin se complementaron. Me sorprendió a momentos, supo mantener el interés. Prácticamente ya tengo una camiseta que declara su amor hacia alguien de esta historia, pero el espacio del nombre todavía sigue vacío. 

La grieta blanca, de Jaclyn Moriarty. “De lo extraño nació el encanto”. Así podría también comenzar esta historia, porque no hay otra forma de describir el sentimiento que surge al terminar esta primera parte. Durante un buen momento pareciera que nada tiene más sentido del específicamente necesario, y después lo tiene todo. Madeleine contactando a Elliot en mundos diferentes (¡mundos diferentes!) y colores que tienen vida son todo lo que necesito escuchar ahora para que algo/alguien consiga toda mi atención. Yo me mudo, les juro que me mudo, si es que de verdad existiera un mundo como aquel en el que vive Elliot.  

Sueños de dioses y monstruos, de Laini Taylor. Libro que acabo de terminar hace unas horas (me desvelé mucho y luego soñé increíble). Lo dejé para el final porque así es como debería ser siempre. Fue muy bueno, Karou y Akiva siempre terminan conquistando mi esperanza (juntos, separados no). Zuzana, Mik, Ziri, Liraz… todos me hicieron disfrutar aquí (bueno, no todos). Los ángeles y las quimeras tienen su lugar en mi librero de la forma más fantástica e imaginativa que se requiere. Amo a la historia por existir pero le guardo rencor por haber llegado a este momento, de la forma en que lo hizo. Pero me encantó, que es lo que cuenta. Mi reseña aparecerá por aquí en algunos días. 

Este fue un año inolvidable, lleno de detalles. Nadie puede terminar un lapso de tiempo así (¡un año!) sin decir que no aprendió algo para el resto de su vida, y me parece que yo aprendí varias cosas, todas muy útiles y buenas. Los libros fueron mis perfectos compañeros y confidentes (bueno, yo fui su confidente, ellos no). 
Leer es siempre una experiencia única, agradezco a los autores por crear estos personajes y momentos, y a todos los que tuvieron algo que ver para que pudiera conocer estas historias tan buenas. El resto de mis lecturas fueron muy buenas y buenas, también. Así que tuve un buen año de lector (aunque el tiempo no me dio para todo lo que quería leer). 
Espero que ustedes también pasaran un buen año acompañados de lecturas constantes, les deseo las mejores experiencias posibles para este 2015, que disfruten mucho lo que hagan y lean. Que vivan la vida.
Gracias por leerme. 

¡Hasta la próxima!

viernes, 16 de mayo de 2014

Insignia - S.J. Kincaid - Reseña

En la búsqueda de los detalles del futuro –un futuro no especificado- muchos piensan en la guerra. Y en esta historia corren los tiempos de la tercera guerra mundial, pero no es como muchos esperaban. Esta guerra se pelea en el espacio, por máquinas. Las máquinas son controladas por personas desde la Tierra, las personas que las controlan pertenecen a dos bandos. La alianza indoamericana y la ruso-china. 
Es un tiempo diferente, en el que nuestro mundo está envuelto por los ideales más variados. Vidas comunes con poca emoción y entretenimiento basado en la propia guerra. La gente considera a los combatientes como celebridades a las que admirar públicamente (al menos a los conocidos). Pero tampoco son combatientes normales. Son adolescentes. Por razones específicas y de mucha importancia para la forma en que se controlan las cosas. 
Tom es un chico bastante ocioso al principio. Solo le gusta jugar videojuegos, tiene una vida bastante nómada, su padre es irresponsable y está metido en apuestas y juegos. No le gusta mucho hablar de su vida, pero tampoco lo puede evitar. En realidad no tiene más que hacer que esas dos cosas. Jugar y sufrir sus consecuencias. Que no parece que vayan a cambiar nunca. 
Hasta que un día lo encuentran. Lo observan hacer sus cosas y le ofrecen una oportunidad que jamás creyó que aparecería. Y si lo conocemos lo suficiente, la verdad es que no había muchos motivos para que eso sucediera, pero así fue. Tal vez la suerte, tal vez algo más. Pero es así como termina en el programa militar más importante del mundo. Uno que le ofrece la mejor vida posible para su tiempo, porque puede llegar a permitirle hacer algo que le gustaría mucho: controlar una de esas naves que luchan en el espacio. 
Y aunque esta parezca una historia cuyo tema central es el espionaje cibernético en tiempos de la tercera guerra mundial y en la que un solo chico puede ser la respuesta para ganarla, no es así
Tenemos un protagonista al que nunca dejan de pasarle cosas que despiertan algunas emociones agudas del lector. Sin embargo, la historia no podría ser lo que llega a ser sin considerar a todos esos demás personajes y momentos ajenos que le dan camino a los movimientos de Tom. 
Él es joven, bastante joven, y la mayoría de las veces parece que es mayor. Por el tipo de decisiones que debe tomar junto con las consecuencias de ellas. Pero a veces sí demuestra su poca madurez, dándole poco a poco piscas de conformidad al desarrollo. 
Encontrarse dentro del edificio donde comienza la nueva vida de Tom es descubrir imágenes vívidas. Pues todo parece cristal y metal, tecnología oculta en la sencillez de un lugar frío. Son las personas que están ahí las que crean la historia. El objetivo de cada adolescente que se encuentra ahí es aprender, tal como en una escuela de tiempo completo, todos los detalles necesarios para comprender y desarrollarse en el tema de las batallas espaciales. Esencialmente tienen algo que el resto de la humanidad no, así que son especiales. Sus capacidades son diferentes debido a eso y ver las cosas desde ese punto es de los detalles más interesantes del libro. 
Toda la tecnología que los rodea, la forma en que conceptos como el internet y la realidad virtual se convirtieron en lo que son para ese momento. Herramientas de máxima importancia, pero también armas peligrosas. 
Kincaid nos ofrece historia llena de detalles, respetando su género (ciencia ficción) pero también humanizándolo. Evidenciando la enorme relación que existe entre el mundo y las personas. Cómo uno no puede ser sin el otro. 
Tom consigue amigos leales, fuera del aburrimiento, pues la característica especial que comparten lo hace casi imposible. Las páginas dan tiempo para conocer muchas cosas, desde la inocencia hasta la venganza. La guerra es un tema por demás secundario. Aunque aparentemente es el tema principal, y también es el objetivo de muchas cosas, no se siente como una historia de guerra. Se siente como la oportunidad de tener contacto con tecnología increíble que transforma desde la educación hasta todas las formas de entrenamiento. 
Nos encontramos con referencias reales a la historia del mundo, que incluso hoy es historia, de una forma interesante. Nos lleva a ver el espacio, a ser las cosas mismas en escenarios que en circunstancias normales podrían resultas inquietantes. 
Aun así, carga con una sospecha constante, dejando misterios dispersos por distintos puntos sobre el suficientemente desconocido fondo de todo. 
Utiliza algunos detalles de historias juveniles que ya han sido utilizadas antes, pero tan bien adaptados que solamente se descubren cuando el libro está por terminar. 
Con Insignia el lector se enfrenta a posibilidades que ponen en duda la realidad. Mezcla la vida con la tecnología transformando la normalidad de todo el mundo, advirtiendo sobre opciones del tiempo y considerando el interior de todas ellas: la mente. Pone la instrucción perfecta junto al talento necesario. Llevados al riesgo y la traición. No asegura nada, así que sucede mucho.
Para descubrir que las acciones enormes no se realizan en soledad. Que el mundo es grande para quien no lo conoce. Bastante sorpresivo, más emocionante. 

La frase: 
Todo terminó. La criatura trastabilló; de la herida abierta en su pescuezo manaba sangre oscura. Cayó de rodillas e intentó levantarse, pero ahora otros lobos le mordían los tendones, los cuartos traseros y el abdomen blando y vulnerable. Tom lamió la sangre fresca en sus labios; en ese instante se sentía tan vivo y peligroso que no quería que la simulación terminara jamás.
Entonces oyó un rumor grave. El aire helado se cargó de peligro. 

Insignia, S.J. Kincaid. 439 p. V&R Editoras, 2013

¡Hasta la próxima!